Perderme entre melodias, irme lejos, no volver...

Perderme entre melodias, irme lejos, no volver...

Asi soy yo. Asi me gusta ser

Bienvenido señor lector.
En este blog no encontrará más que las experiencias, anécdotas y reflexiones de una adolescente rara, perdida y algo rayada.
Si no es lo que buscaba, es libre usted de retirarse.
Si quiere saber de que se trata todo esto, sea usted bienvenido...
Juanita.

sábado, 31 de diciembre de 2011

Otro año para archivar.

Y ya está, es el último día de un 2011 que cambió mi vida. Un 2011 tan ansiado por mi en un principio, que empezó tan bien y no terminó como esperaba. Pero aun así fue un año significativo como pocos.
Y es por eso que esta noche, cuando con mis amigos, entre carcajadas y bromas, llenemos nuestras copas de sidra a las 0.00 y brindemos, no lo voy a hacer simplemente por "otro año que se fue".
Esta noche voy a rendirle honor principalmente a mis amigos. Aquellos que conocí este año y aquellos que me vienen acompañando años atrás. Porque me aguantaron siempre, en las buenas y en las malas. Cuando tenían que soportarme en mi irritable felicidad y cuando tenían que ceder su hombro para poder llorar todas mis penas.
También a mi familia, siempre tan cariñosa y tan cálida. En especial a mi madre, que supo comprenderme en todas mis complicaciones de adolescente escandalosa sumándole mi natural rareza. Me gustaría que sepa que para mi es la mejor madre del mundo, la persona más compresiva que conocí y con la que puedo hablar de cualquier cosa y eso es algo que muy pocos hijos pueden hacer, por la tanto me siento muy orgullosa.
Brindo por aquellas personas que me apoyaron en todo, que me inspiraron a levantarme cuando más lo necesitaba, que creyeron en mi siempre. Y también por aquellas que hicieron este año un poco más complicado, porque, de alguna forma, me hicieron más fuerte y aprendí muchas cosas de ellas.
Brindo por vos, porque sos lo que más me saco sonrisas y lo que más lagrimas hizo que mojaran mis mejillas. Porque fuiste mi fuente de inspiración, mi universo entero. Porque quiero sacar todos los malos recuerdos y conservar solo los hermosos momentos que me hiciste vivir para atesorarlos en mi memoria. Porque, a pesar de haber terminado mal este 2011, te espero en el 2012. Y si no queres, no importa, aprendí muchas cosas de vos y me hiciste ver otro lado de la vida y eso lo voy a valorar siempre. Voy a brindar porque tengas muchísima suerte y por poder tener el encanto de conocer a alguien que me llene tanto como lo hiciste vos alguna vez.
Voy a brindar por todos y todo lo que lleno este año tan raro y transformador. Por lo bueno y lo malo, por las risas y los llantos, por los amigos y los "enemigos" (si es que los hay). Porque todo, sea bueno o no tanto, me hizo aprender mucho, me hizo un poquitito más humana.
Y cuando salgamos afuera a ver los estallidos tradicionales que visten a los cielos de colores, anunciando la primer madrugada del año, voy a sonreír y pensar que todo valió la pena. Este año valió la pena solo por el hecho de terminarlo sonriendo.


Espero que todos hayan tenido un año maravilloso. Y si no, bueno, que se pudra ¿no? Al fin y al cabo ya se terminó.
Brinden por sus propias causas, coman mucho, esten con las personas que aman, rían en exceso, sean felices.
Y feliz año nuevo.


Juanita.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Desesperantes injusticias.

-Llegaste- dijo la hermosa chica, mirando con indiferencia.
-Llegué- sonrió el chico, agitado.
Quiso besar sus labios pero ella lo esquivó poniéndole la mejilla.
-Voy a salir con las chicas- le dijo secamente
-Pero me prometiste que íbamos...-
-Ya sé, pero me cansé de esperarte-
-Vine lo más rápido que pude, sabes que no estaba cerca de...-
-Gonzalo- lo cortó mientras se arreglaba el pelo -Ya está, te llamé, te esperé, me cansé. Ahora no tengo ganas de estar con vos-
Terminó de acomodar las cosas en su bolso y se dirigió hacia la puerta. El chico miraba tristemente a su novia.
-Chau.-
-¿Cuándo volves?-
-No me esperes-
-Lu...-
-¿Qué?-
-Te amo...-
Ella se limitó a sonreirle y cerró la puerta detrás de sí. El chico se sentó en la mesa y se llevó las manos a la cara.
No sabía por qué le sorprendía. escenas como esta se repetían cotidianamente. Ya nisiquiera sabía por qué seguía con esto, tal vez era porque la amaba desesperadamente. O tal vez era por su capacidad de manipularlo, de tenerlo a sus pies no importa lo cruel e insensible que se comportara con el. Ya podía verla, siéndole infiel con el primero que se le cruzase, mientras el seguía corriendo para satisfacer sus caprichos con la esperanza de que así recibiría un poco de su amor, ya marchito hace mucho. Tal vez ella nunca lo había amado, tal vez el era otro en su colección de mentes y corazones sometidos y esclavizados.
Y se sumergió en la depresión de esperarla hasta que ella volviera, despeinada y con perfume de hombre, a tratarlo con la misma indiferencia torturadora. "Nisiquiera un mísero beso, nisiquiera un mísero `Yo también`"
Mientras tanto, a unas pocas casas de allí, una chica que podría (y anhela) hacerlo feliz y brindarle todo el amor que el necesita. Llora en la amargura de su asfixiante soledad.



Juanita.

martes, 20 de diciembre de 2011

Para alguien de hierro

Las vueltas de la vida me han permitido conocer a personas maravillosas. Tanto es así que me enorgullece decir que uno de mis amigos más cercanos merece una mención especial en mis pequeños escritos. Este chico, de estatura normal, sin músculos vistosos y delgado como un alambre. Este chico humilde y tímido es, así como lo ven, una de las personas más fuertes que conocí.
Vive con su tío, un hombre generoso y adorable a pesar de su aspecto tosco y descuidado, ya que sus padres fallecieron cuando el era muy chico. Y aunque el le brindó todo e amor que le fue posible, mi amigo cargó con esta amarga pena toda su vida.
Se distrae leyendo, escribiendo, ayudando a su tío en el taller de reparación de autos que los mantiene, escuchándome a mi  y a mis problemas (pavadas de adolescente histérica comparadas con los suyos)
En la escuela fue agredido, humillado, rechazado y hasta casi violado por su condición sexual. Mi amigo era la persona más tolerante, buena, comprensiva, y era gay. Por ese último detalle hicieron de su vida un infierno.
Al no encontrar ayuda ni en profesores ni en profesionales, se refugió en el mundo de falso alivio y serenidad de las drogas. Se volvió agresivo, inestable, cada vez más cerca de la dependencia. Vendió sus zapatillas, su guitarra y su celular para comprar más estupefacientes y llegó a ese punto repulsivo de ser un cuerpo sin contenido, sin nada que lo llene más que los narcóticos. Respiraba, caminaba, pensaba, vivía solo para tomar la siguiente dosis que lo condujeran a otra realidad menos dolorosa. Sus ojeras tapaban su rostro, su palidez lo hacía confundirse con un cadáver y estaba más flaco que nunca. Aún así no lo abandoné, ni ahí ni cuando casi muere de una sobredosis. El nunca lo haría, yo menos.
Entró en rehabilitación por decisión propia y poco a poco volvió a ser el de antes. Lo integré a mi grupito de amigos y lo supieron tratar muy bien, parecía feliz. Hasta ahora. Era el momento de devolverle todos los favores que me dio y apoyarlo más que nunca:
Habían diagnosticado a su tío de cáncer.
Entré al hospital, sus paredes blancas al igual que el piso le daban un aspecto de inmaculada pulcritud. El olor a productos de limpieza se mezclaba con el del café. Me indicaron adonde tenía que ir. Caminé sin caminar por el pasillo, miré sin ver el número de las habitaciones. Estaba lejos de allí, estaba dentro de mis pensamientos de preocupación y angustia.
Entré a una habitación. El enfermo dormía apaciblemente en la camilla, contrastaba notablemente con la imagen de al lado. El chico sentado en el sofá a su lado estaba pálido, sus ojeras delataban que no había dormido en semanas, la comida depositada a su lado estaba sin tocar. Tenía las manos juntas y apretadas, miraba fijamente al enfermo. Era la tensión personificada.
-Nico...- susurré
Levantó la vista, sus ojos me imploraban un milagro o por lo menos consuelo. Me senté y lo abracé, me devolvió el abrazo aun más fuerte y me soltó.
-Dicen que es tratable- dijo, volviendo la vista al único pariente cercano que le quedaba
-Bien...-
-Si, lo que pasa... es que no sé que voy a hacer cuando se vaya-
-Cuando se vaya vas a ser grande, nene-
-¿Y si se va antes?-
-¿Para qué pensar en eso? Es inútil. Ahora lo van a tratar, se va a poner mejor y va a estar todo bien. Si se va antes, bueno, ahí veremos que hacer... No sé que haremos pero algo sé y es que voy a estar ahí y no voy a dejar que te rindas porque si lo haces ¿Qué va a pasar conmigo?- Lo abracé nuevamente -nene, sabes que no puedo sin vos-
-Gracias- me dijo, después de un rato
-¿Por qué?-
-Por todo... todo-
-Sos de hierro, Nico-
-Ojalá-
-Enserio, sos la persona más fuerte que conocí, la que más se banco toda la mierda que le tiraron sin merecerla y a pesar de todo siguió levantándose después de cada caída. Prometeme que en esta no te vas a quedar en el piso.-
-Te lo prometo- agarró mi mano y me sonrío, lento y con esfuerzo, como si no lo hubiera hecho en mucho tiempo. -Necesito un café- me dijo, de repente
-Quedate, yo te lo traigo- Fui hasta la máquina de café lento, pensando y reflexionando. Distrayéndome un rato. Volví con los dos vasos humeantes pero el chico, por primera vez desde hacía días, dormía profundamente en el sofá. Su tío me miraba sonriente desde la camilla.
-Miralo, por fin pegó un ojo. Le traes paz-
-Hago lo que puedo- le sonreí, dejé los vasos en la mesita, me acerque a la camilla y tomé la mano del hombre -te vas a mejorar-
A los días Nicolás  vino con un inusual entusiasmo y sin saludarme me dijo -No pienso caer más. A mi tío le dieron el alta- luego miró al piso y agregó -Y si me caigo sé que vas a estar ahí para ayudarme-
Así mi amigo me enseñó que la fuerza no se mide en músculos.

Juanita.

martes, 13 de diciembre de 2011

Recordando mientras escuchaba Pink Floyd

Me distraía de todos las inmundicias de la ciudad en aquel viaje largo y tranquilo. Miraba por la ventana de cara a aquel espectacular atardecer, mientras de mis auriculares fluía las melodías, aquellas capaces de transportar a uno hacía lugares remotos en tiempos lejanos, o no tanto...
Empezó aquella canción, hermosa y serena. Sonreí, sonreí mientras los recuerdos comenzaron a correr como una película grabada en mi memoria.
Hacía un tiempo que lo conocía y nos veíamos de vez en cuando. Aquella noche me invitó a su casa...

Allí estaba yo en esa cama, una cama que no era mía. Yo y él besándonos con tanta intensidad, como si ya no existiera nadie excepto nosotros dos. Sus manos en mi espalda comenzaron a bajar hasta detenerse en los botones de mi pantalón. Desabrochó uno, pero luego se detuvo y me miró, evaluando mi reacción.
-No tenemos que hacer esto...- me dijo, mirándome fijamente
-No, si no queres-
-No es que no quiera, es que... es que en este momento no... Solamente me quiero quedar así un rato, nada más...-
-Esta bien- le sonreí comprensivamente.
Me abrazó y estuvimos así un rato, acariciándonos, tratando de sanar nuestras heridas con las manos. Lo vi, su rostro iluminado por la luz de la luna que entraba por la única ventana de la habitación lo hacía verse mucho más triste y melancólico de lo que ya estaba.
-¿Qué pasa?-
-Nada, es... es largo de explicar-
-Sabes que me podes contar cualquier cosa-
-Si...- hizo una pausa, mirando el cielo, buscando como empezar, como ordenar todo lo que sentía y transferirlo a palabras -Es una chica, una de esas que pasarían desapercibido en cualquier lugar, pero... no sé, tiene algo... bueno, tenía algo que la hacía única. Mirara por donde mirara era perfecta, sonará estúpido, pero eramos el uno para el otro... era la razón de mi existir.-
-¿Te dejó?-
-Mucho peor, se fue. Se fue sin irse, no se como explicarlo. Pero ya no es lo mismo, nada es lo mismo. No sé que nos pasó.-
Lo miré sorprendida. ¿Era posible?
-¿Cómo si una parte de ella hubiera muerto? ¿Cómo si fuera una completa desconocida?-
-Exacto... no sé que hacer-
-Deberías tratar de alejarte...- era tan irónico dar los consejos que justamente yo no sigo -pero debes estar cansado de escuchar siempre lo mismo de todos. Lo dicen como si fuera tan fácil, lo dicen hasta con un tono de burla, es tan obvio, tan sencillo "¿Cómo es que no lo podes hacer?". Lo peor de todo es que lo intentas, pero es tan difícil y al final caes de nuevo, en busca de alivio y cuando se enteran te miran con enojo "¿Cómo podes ser tan estúpido? ¿Cómo te dejas basurear así?" es que no lo entienden, no lo entienden.
Sabes que podes encontrar a alguien más, alguien que se preocupe, que no te lastime. Porque, después de todo, si te quisiera tanto como dice ¿Por qué estas sufriendo así? Pero por más que busques, por más que intentes, por más chicas como yo que lleves a la cama ¿Cómo puede olvidarse uno de la persona que te inspiró, que te dio fuerzas, tu única esperanza... tu razón para vivir? Y llegas a la conclusión de que, a pesar de todo, no queres perder aquellos momentos únicos, quizás, los más felices de tu vida. Lo único que queres es tenerla a ella, tan única y maravillosa como fue en un principio.-
El chico me escuchaba y asentía, mientras trataba de disimular las lágrimas que se acumulaban en sus ojos oscuros. Lo abracé, conmovida, y quebró entre mis brazos en un llanto amargo y largo, como si lo hubiera contenido desde hacía demasiado tiempo.
-La queres mas que nada- le susurré, acariciándole el pelo -pero hay un momento en el que hay que aceptar que esos hermosos recuerdos son solo eso y el pasado se fue para siempre, aferrándote a el no vas a hacer que vuelva. Llega un momento en el que hay que elegir entre lo que uno quiere y lo que le hace bien. Si te hace sentir mejor, no estás solo.- el chico levantó su cabeza, secándose las lágrimas.
-Me siento tan estúpido-
-No... alguien, una vez, me dijo que esta bien llorar...-
Nos dormimos mirando el cielo desde la ventana, cada uno perdido en sus propios pensamientos, cada uno reflexionando acerca de su propia "persona que se fue sin irse" y supe, quizás por el modo en el que comenzó a acariciar mi mejilla, que estábamos pensando en lo mismo.
Creo que es tiempo de que elijamos hacer lo que nos hará bien.



Juanita.

viernes, 25 de noviembre de 2011

¿Dónde quedó todo lo que vivimos?

La tristeza indescriptible que se siente al mirar a la persona que alguna vez te inspiró y te dio fuerzas para seguir adelante, la persona que te hizo sentir importante, que te hizo feliz, por la cual hubieras dado todo…
Y ver a un completo desconocido.
Recordar viejas conversaciones, viejas sonrisas, viejas esperanzas de un futuro juntos
Recuerdos del futuro juntos.
Y preguntarse dónde quedó todo eso, tantos días pasando a palabras todos mis sentimientos alborotados, tantas noches en vela, calurosas como ningunas, hablando hasta caer del sueño.
¿Dónde, dónde? ¿Dónde quedó esa magia que nos unía en imprudentes promesas, en ilusiones torpes, en la alegría que nos invadía palabra por palabra?
¿Dónde dejamos aquellas melodías que nos embriagaban y nos hacían pensar en aquel día en que tiraríamos aquellos miedos por los aires para por fin unirnos después de meses de inseguridad?
Quizás fueron sepultados con vos, y es que si, te maté. De eso estoy segura
Y te extraño, pero no se puede revivir a un muerto...
aún más cuando ese muerto ya está con vida.

Y sigo preguntándome dónde esta ese chico maravilloso
aquel que escapaba de sus sentimientos y escondía sus palabras.





Juanita.

domingo, 20 de noviembre de 2011

A un nuevo amigo.

Llegué al instituto, miré la hora “Es todavía temprano, no hay casi nadie”
Eché un vistazo alrededor y noté a una sola persona sentada en el pasillo. Era el chico nuevo, se había cambiado a nuestro curso hacía unas semanas y no hablaba con nadie, tampoco nadie le hablaba.
Me senté a su lado y le sonreí, apartó la vista de su libro y me miró con extrañeza
-Hola, Fede. ¿Cómo andas?
-Bien. Eh, ¿Por qué me estás hablando?
-Sin ninguna razón en particular, quería hablar con alguien y eras el único del curso. ¿Te molesta que hablemos?
-No, para nada. Es que… nadie parece querer acercarse
-No les hagas caso, son toda una bola de superficiales. Ven a alguien callado y ya lo tildan de antisocial
-Quizás lo soy, un poco
-Para nada, sino no me contestarías cuando hablo. Solamente sos un poco tímido, no hay nada de malo en eso. Es más, la gente tímida e introvertida sabe rodearse de personas que valen la pena, y no de cualquier idiota.
-Ya lo veo. Gracias, Juana, sos genial. Igual, me gustaría no ser así, me gustaría poder salir en los recreos, hablar con los demás. No sé, ser un poco más “normal”
-Sos completamente normal, te cuesta abrirte, nada más. Si queres podes venir conmigo en los recreos, te presento a mis amigos. No tenes porqué quedarte solo.- El chico me sonrío, entusiasmado
-¿En serio puedo ir con ustedes?
-Por supuesto, espero que así dejes de sentirte poco “normal”-
-¡Juana!- Me llamó la preceptora de mi curso con expresión poco agradable “¿Qué carajo hice esta vez?”
-Me tengo que ir, nos vemos cuando toque el timbre
-Juana…-
-¿Qué?
-Gracias.
-¿Por qué?
-Por notar que existo y no alejarte cómo si tuviera una enfermedad terminal contagiosa
Le sonreí y me marché sintiéndome inmensamente feliz.

“Tender una mano amiga es como derramar una gota en el desierto: Puede parecernos humilde, insignificante, y sin embargo es capaz de calmar la sed de los que sufren la soledad. Descubrir esta clase de cosas es lo que puede transformar un día como cualquier otro en un día especial.”



Juanita.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Me usaron.

Y de repente todo empieza a maquinar en mi mente:
“Fui su juguetito, nada más. No signifiqué nada…”
Y me dejé llevar, otra vez, por las palabras que tanto poder tienen de alejarme de la realidad. Sabía exactamente cómo hablarme, qué palabras utilizar, qué decirme… Y después de saciar su sed, de extraer de mí lo que quería, se limitó a tirar los restos.
Lo que más me duele es que me traicioné. Me prometí que no iba a seguir sus jueguitos, podía ver claramente el destello venenoso en sus ojos. No iba a permitir que me hagan daño otra vez… Pero ya nisiquiera me hago caso a mí misma.
Pero estos bajones son males necesarios, simplemente hay que aceptar que no se puede estar feliz todo el tiempo. ¿Cómo valoraríamos, sino, una sonrisa, una carcajada si nunca nos hundimos en las más profundas de las depresiones?
Estar así, aunque duela, nos hace bien, nos hace reflexionar, nos hace querer cambiar. ¿Cuándo aprenderíamos si nunca nos equivocáramos?
Hoy me equivoqué y aprendí. Aprendí a no confiar en la palabra de nadie, excepto la mía.



Juanita.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Si pudiera, me haría invisible...

-¡No me mires así!- le dije al chico lindo que me miraba sonriente
-¿Por qué?-
-Porque odio que me miren, es… incómodo
-Sos hermosa- me dijo y lancé una risa sarcástica
-¿Qué pasa?-
-No… no me gusta.-
-No te gusta que te miren, no te gusta que te digan lo linda que sos…-
-Nene, si pudiera me haría invisible-
-¿Y quitarnos a todos semejante belleza?- “Chamuyero…” pensé mientras lo miraba con desaprobación
-No me gusta que me mientan.-
-¿Cómo sabes que te estoy mintiendo?-
-Soy un bicho feo, me lo dicen todo el tiempo. Te conocí hoy… ¿Cómo queres que te crea?
-Le crees a esas personas venenosas y envidiosas que critican a quienes están por encima de ellas y ven defectos donde no hay… ¿Y no me vas a creer a mí?-
-¿Un vendedor de ilusiones?- Se rió y puso un brazo alrededor de mis hombros
-Quizás tendrías que dejar de contar a las personas que te critican y empezar a fijarte en los chicos que te miran tímidamente y apartan la vista cuando los descubres viéndote. Luego podrás ver si tengo o no tengo razón…-
Me quedé un rato reflexionando.
Quizás, quizás soy algo linda…
Quizás, quizás todas lo somos



Juanita.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Solo quiero que me regales una sonrisa

Amar no es solamente querer a alguien con locura.
Amar es desear la felicidad del otro a toda costa, a tal punto que ya no te importa si esa felicidad la consigue contigo. Solo quieres ver alegría en el rostro de esa persona, quieres que consiga lo que anhela, que cumpla sus sueños, aunque sea otra la persona que este a su lado para alentarlo a seguir adelante.
Y cuando te des cuenta que su tristeza es la tuya, que su sufrimiento lo vives en tu cuerpo, que sus lágrimas corren también por tus ojos, te darás cuenta. Cuando veas que con solo una sonrisa sincera en su rostro te basta para cambiar el curso de tu día, cuando su felicidad ilumina tu alma, no importa si eres la persona que la provoca, cuando veas que ya no te importa si esta contigo o no, solo quieres verlo/a feliz. Ahí te darás cuenta de que estas enamorada/o
Lo demás es solo una estúpida obsesión.
Y yo, estoy perdidamente enamorada.



Juanita.

martes, 1 de noviembre de 2011

A los genios de mis CDs

En este presente donde todo gira alrededor de los medios, de las modas estúpidas, de las celebridades y de todas esas cosas que le lavan el cerebro a la mayoría de las personas, hay solo algunas pocas cosas que nos salvan y nos permiten ver, reflexionar y mirar al mundo tal y como es. Una de esas cosas es la música.
Y hoy en día, cuando la música esta tan desvalorizada, cuando apenas un nene con una guitarra se considera un icono de la música actual, es cuando quiero hacer un pequeño homenaje a la música que me acompaño en todo este tiempo y la que lo seguirá haciendo, a la cual le debo tanto.
Muchas son las bandas y los solistas que marcaron a la historia y a miles de millones de personas en el mundo. Y es que estas bandas y solistas hacían lo que amaban y lo hacían con el corazón, no lo hacían por fama ni dinero y eso a la gente le llega y así es como bandas como The Beatles o Queen se siguen escuchando, aunque pasen y pasen las décadas. No como la música de ahora que pasan sus dos años de fama y ya nadie se acuerda de ellos.
La gente de repente se enamora de determinada banda, se vuelven locos por ella, salen por todos lados, hasta que a los medios se le ocurren que esa bandita “ya paso de moda” y sale una nueva. Inmediatamente la gente se olvida de la banda anterior y sale en busca del CD nuevo de la nueva banda… y luego discuten con que “yo los amo, no es una moda, los escuchare por siempre”. El cerebro de la gente funciona así actualmente, no tienen opinión propia.
Todavía me acuerdo de la primera vez que escuche a los Rolling Stones en un viejo casette de mi papa o cuando mi tío me mostro a mis 8 años a mi actual banda favorita, AC/DC. Yo misma elegí seguir escuchándolos, me impresiono la profundidad en las letras de John Lennon, la melodiosa perfección de Strairway to Heaven, la genialidad de Jimmy Hendrix. ¿Dónde encontrar esas letras, esas melodías, esa genialidad ahora? Yo misma elegí seguir ese camino, riéndome de las modas e ignorando a la gente que me decía “Escuchas música de viejos…”
Y es que es así, la música no se hizo para ganar fama ni dinero, ni para imponer ninguna moda. No se hizo para enamorar, ni para alegrar, ni para entristecer. La música se hizo para expresarse, para revelarse, para cambiar al mundo, no importa el tiempo que pase. Y todo aquel que haga música y no piense cambiar al mundo con ella, no merece llamarse “músico”.

Por eso les digo, jóvenes músicos de todas partes, salven al mundo.






Juanita.

domingo, 30 de octubre de 2011

De amores Platónicos

-Vas a venir hoy, ¿no?- le pregunte a mi amigo, el chico con quién había compartido 6 años de mi vida, mi amor imposible.
-Sí, sí, obvio- y se quedó en ese silencio que tanto conocía, ese silencio de querer decirme algo y no saber cómo
-Eh… ¿Puedo traer a Lu?-
-No.-
-Pero ¿Por qué?-
-Porque es una reunión de amigos, no de amigos y sus novias-
-Pero Mica va con el novio…-
-Pero él es amigo nuestro, Luciana no. Ella es solamente… tu novia-
-¿Y qué tiene de malo eso?-
Me quede un rato pensando. ¿Qué tenía de malo eso? ¿Qué le iba a decir? ¿Que no me caía bien? ¿Que no era lo suficientemente buena para él? ¿Que no lo merecía? ¿Que no se llevaba bien con ninguno de nosotros? ¿O acaso le iba a decir que me dolía en lo más profundo del alma tener que verlos a los dos juntos, justo como yo había imaginado miles de veces estando con él? ¿Qué me llenaba de ira el pensar que después de tanto tiempo juntos, como almas gemelas, casi inseparables, venga una cualquiera a quitarme esa persona que nunca pudo ser mío por culpa del maldito miedo a perderlo? ¿Que a veces no podía dejar de pensar que él estaba con ella, haciendo todo lo que yo alguna vez soñé? ¿Que ya no podía dormirme abrazada a él mirando una película, ni quedarme hablando con el hasta que salía el sol, ya no me vendría a visitar a las 6 de la mañana solamente porque no se podía dormir, ni me dedicaría serenatas por videollamadas? Después de todo yo fui la que conoció todos sus más profundos secretos, la que estuvo ahí cuando parecía que todo se había acabado, la que lo apoyo en todo, sea lo que sea. La que lo aconsejo, la que provoco sus sonrisas y seco sus lágrimas por 6 años. Y ella… ¿Y ella quien era? ¿Qué había hecho para tomar el lugar que yo había anhelado por años? ¿Le iba a decir la verdad?
-Es que tengo miedo… tengo miedo a que me reemplaces. Siempre fui la única chica en tu vida, y ahora aparece ella y… -
-Juana…-  Lo miré a sus ojos verdes y no pude terminar mi frase, pero él me estaba sonriendo con esa expresión de cuando empiezo a decir cosas disparatadas y puso una mano en mi mejilla
-Nunca te voy a poder reemplazar, simplemente porque nunca encontraría a alguien que te llegue a los talones y siempre vas a ser la única chica en mi vida- Lo abrace, solamente para que no viera mis ojos enrojecidos por las lagrimas
-Te quiero mucho, Gonza-
-Yo también, Juani- Sonreí entre sus hombros
-Después de todo sos mi hermana, mi mejor amiga, y así va a ser, pase lo que pase, para siempre… ¿no?- Mi sonrisa se borró, tan rápido como llego
-Si… para siempre

Juanita.

viernes, 28 de octubre de 2011

Hay personas

Hay algunas personas que marcaron un antes y un después en tu vida. Que hayan hecho lo que hayan hecho, dejan una marca en ti, y por más que te empeñes a olvidarlas, por más que te alejes, por más que no tengas contacto, seguirán ahí
A esas personas las llevarás siempre contigo, así que no importa si siguen estando contigo, o si a lo mejor se alejaron, mejor recordarlas con una sonrisa…


Juanita.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Sabor a mis días felices

- -    -¿No estás un poquito grande ya?- Me dijo mi madre mientras yo miraba embobada un capítulo de Tom & Jerry que ya me sabía de memoria.
-          -¿Por qué? Siguen siendo geniales, nunca voy a estar vieja para la genialidad-

Y es que no podía evitar perderme entre esas imágenes que me hacían recordar a aquellos tiempos lejanos, donde todo parecía tan nuevo, tan fresco. Sin preocupaciones más graves que no dejar que el globo tocara el piso ni dolores más profundos que los raspones en las rodillas.
De pronto me sonrío pensando en aquellas tardes cuando llegaba de la escuela, almorzaba, hacía mis deberes y a las 4 de la tarde me dejaban salir a jugar a las calles de mi barrio que, después del paso de los años, sigue estando igual. Pero ninguna de las nenas quería jugar conmigo, a esa hora veían Floricienta en la tele y a mí no me gustaba. No entendía cómo podían estar tan enloquecidas en esas novelas donde se la pasaban peleándose y besándose, prefería con todo mi corazón mirar Pokemon a la noche después de ducharme.
Entonces mi único recurso para no aburrirme eran los varones de mi barrio, ya desde chiquita no era una nena como todas: No me gustaban vestirme de rosa ni las coronitas de princesa. No me gustaba maquillarme ni jugar con mi cocinita ni con mis muñecas, regaladas equivocadamente por mis parientes esperando que yo fuera una princesita rosa como todas las de mi edad.
No, a mí me gustaba cazar sapos, bichos y correr a los ratones. Me gustaba escalar árboles, desgarrando todos mis joggins, me gustaba andar en bicicleta hasta caer agitada al piso. Me gustaba jugar a las escondidas por todo el barrio, embarrarme, ensuciarme, lastimarme, ser picada por hormigas, caer, escalar, mirar dibujitos, comer golosinas, reír.
Extraño esos días donde me decepcionaba por sacarme un tazo repetido en los paquetes de papas fritas y no por gente estúpida. Extraño esos días donde lloraba por perder mi juguete favorito y no por perder a alguien. Extraño esos días donde el amor no pasaba más del que se sentía por mamá, por papá y por el nene lindo del otro grado.
Y yo me pregunto, toda esa inocencia, todas esas ganas de vivir, toda esa afinidad por explorar, por descubrir el mundo, toda esa alegría ¿Se tiene que ir solo por el hecho de ponernos más altos? ¿Solo por el hecho de poder llegar a comprender más cosas? ¿Solo por “madurar”?
Prefiero ser una inmadura, una nena, una caprichosa, una malcriada. Pero por nada voy a matar a la nena salvaje y feliz, por sobre todo, que sigue viviendo dentro de mí. No pienso llevar la misma expresión de amargura que tienen las personas “maduras” y aburridas.

Quiero volver a sentirme igual que esos días en los que éramos felices y nisiquiera lo sabíamos.




Juanita.

martes, 25 de octubre de 2011

Esperando tiempos mejores

¿Qué mejor alivio para un alma solitaria el saber que después de todo no está sola? Una euforia incomparable se comienza a apoderar de su corazón al sentir que por fin podrá liberarse de su condena e iluminar esos oscuros cuartos dónde estaba encerrada.
Así dos almas cansadas del abandono y la soledad se unen mediante un impulso repentino, sin siquiera pensarlo, guiados por un presentimiento, una simple ilusión.
Se desprenden de todo lo que los encadenaba, se despiden del pasado, sin pensar en las consecuencias. Y la felicidad de sentirse por fin queridos los tiene tan embobados que son incapaces de ver a su alrededor para contemplar cómo todo se derrumbaba, y sin darse cuenta lo único que les quedaba eran el uno y el otro.
Con caricias de ternura sobrehumana, besos eternos e imprudentes palabras de amor lograron sanar las heridas profundas de la soledad que habían vivido y todo era tan perfecto, los colores brillaban tanto y la alegría eral tal que, al fin, no necesitaban nada más.
Y si, todo iba bien hasta que el corazón se cansó de gobernar y la mente entró en funcionamiento, y no vio perfección, ni colores, nisiquiera alegría. Vio dos seres unidos con una sola cosa en común: La soledad a la que habían sido expuestos.
Así dos almas que parecían haber sido diseñadas el uno para el otro se convirtieron en completos desconocidos en apenas un minuto. Intentaron seguir como antes pero nada era lo mismo y al final solo quedó una cosa por hacer: Despedirse y caminar cada uno a su rincón oscuro, ya sin nada puesto que habían renunciado a su pasado. Resignándose a la misma soledad sofocadora, al fin y al cabo era su naturaleza... por lo menos para una de ellas.

Nunca me quisiste, nunca te quise, pero nos supimos engañar tan bien. Ahora encontraste tu camino, pero yo me perdí en la mitad...
Y afuera se ven todos tan felices ¿Cuándo se callarán los demonios en mi?
Solo queda esperar tiempos mejores...


Juanita.

lunes, 24 de octubre de 2011

A todos los bichos raros del mundo

-          - ¿Quién te va a querer a vos? Sos un bicho raro y feo-  me dijo la chica exageradamente alta, mirándome en la hostilidad de sus ojos verdes.
Me limite a sostenerle la mirada, hasta que las palabras salieron casi automáticamente de mi boca, reflejando lo que pensaba.
- Disfrutá de tu belleza mientras te dure, ya que cuando la pierdas te vas a quedar solamente con tu espíritu vacío y falso. No hiciste nunca otra cosa que mirarte al espejo y criticar a los demás ¿Quién es la que no merece ser querida?
Prefiero ser un bicho raro y feo, pero seguir siendo yo a una idiota maquillada del montón- Me lanzó una mirada furiosa que luego cambio por una sonrisa irónica y burlona, y finalmente se fue, dejando que su cabello volara con el viento, obteniendo la mirada de todos, como siempre.
Yo también la miré alejarse, pero a diferencia de la mirada de los demás en la mía había tristeza, ni pensar que había millones como ella en este mundo, ni pensar que por millones como ella, chicos y chicas como yo sufren todos los días.
Pero a todos ellos les quiero decir que se sientan orgullosos de ser como son, siéntanse orgullosos por ser más valiosos que una cara bonita y un buen físico. Tenemos algo que no se pierde con el tiempo y nos va a acompañar hasta el final de nuestros días y en algunos casos, más allá. Y es nuestro espíritu, nuestra fortaleza. Nuestro talento se refleja en hacer lo que uno ama a la manera de uno mismo, sin hacer caso a los demás, siempre siendo autentico, único.
No dejen que, ni personas idiotas y superficiales, ni un número en una balanza, ni revistas que reflejan bellezas imposibles, ni industrias de belleza que ganan dinero con nuestra inseguridad les digan que valen menos solamente por no cumplir con los absurdos requisitos de belleza actuales.
Recuerden que primero debemos tratar de ser hermosos por dentro y nunca dejar de ser nosotros mismos, y solo así podremos saber que las personas que nos rodean nos quieren por lo que somos.
Somos más que una cara pasada de photoshop en la tapa de una revista
Somos reales.





Juanita.

domingo, 23 de octubre de 2011

Para el que ya no va a volver

¿Nunca se imaginaron a su “alma gemela”? ¿Aquella persona perfecta para ustedes? ¿Sus cualidades, sus características, su personalidad? ¿Nunca? Yo si…
Y quizás fue de tanto imaginármelo que apareció un día, así, de repente. Y poco a poco me fui dando cuenta que era perfecto, desde su forma de hablar, su poesía encantadora, su amor por la música, hasta nuestras charlas que parecían no tener fin, aunque las tenían, cerca de las 4 de la madrugada.
Y no sé si me enamore, pero lo quise, más que a nadie en el mundo. Llego a ser mi único y más auténtico deseo. 
Me perdía en sus palabras, solo con el hecho de hablarme llenaba de alegría mis noches y no necesitaba nada más, nada más que hablar con él y sentir como esa conexión automática me hacía feliz, pensando que por fin, por fin había encontrado a aquella persona.
Pero el tiempo paso, y pronto nuestras charlas interminables, su poesía encantadora, su increíble manera de ver la vida –tan parecida a la mía- dejo de hacerme feliz. Necesitaba más, necesitaba amor, su amor. Necesitaba que me quisiera tanto como yo a él.
Pero en medio de tanta perfección, había defectos y uno de ellos era la cobardía, algo le provocaba un terror particular hacia el amor, hacia el compromiso. Y por más que yo intentaba hacerle ver que no había nada que temer, él me ponía obstáculos y no podíamos avanzar de aquella situación. Y yo necesitaba amor…
Por eso hui, casi torpemente, con alguien que ni siquiera quería realmente y el tampoco. Y en medio de abrazos fingidos y falsos “te amo”, no pude dejar de pensar en mi chico perfecto, aquel que escapaba de sus sentimientos.
Y por eso volví, completamente arrepentida, suplicando que me perdonara. Pero era demasiado tarde: Yo, la chica de sus sueños, lo había decepcionado y las cosas no se arreglarían de un día para el otro.
Esas semanas fueron torturosas, me acostaba en mi cama a pensar en cómo había perdido a la persona que más valió la pena en toda mi vida. En lo patética, torpe y estúpida que era… Hasta que volvió, no podía dejarme, así como yo no lo podía dejar a él. Pero con el tiempo me di cuenta que ya no era el mismo, nuestras charlas no se prolongaban hasta largas horas y su manera de hablarme era seca, vacía, como si estuviera hablando con alguien que apenas conoce. Y así como vino se fue, y desapareció. Meses sin saber nada de él, incontables noches en las que me dormí llorando y era increíble, porque nunca había llorado por alguien de esa manera. Nunca había extrañado a alguien así
Pero me pidió perdón, y yo como la estúpida enamorada que soy, le suplique que volviera y volvió, no sé si por voluntad propia o por lástima, pero no hablaba con él, hablaba con un desconocido. Un monstruo que me sacaba mi felicidad, y la volvía preocupación y tristeza. Ya no era el, ya no era perfecto, pero igual lo deseaba porque no perdía las esperanzas de que alguna vez apareciera aquella persona con la que había compartido los momentos más felices de mi vida, felices gracias a él.
Pero no ocurría, y yo me iba consumiendo poco a poco en la desesperación, y una noche en la que me quede sin lágrimas, con la garganta seca y la cabeza punzante del dolor, decidí que no iba a llorar más, que no iba a sufrir. Esa persona no era más él y nunca más volvería a serlo. Le dije que tenga buena suerte, que ya había dado lo suficiente de mí
Y lo abandone, justo como lo había hecho mi chico perfecto, mi alma gemela, la razón de mi desvelo y la de mi felicidad, meses atrás.

Perdone usted, señor lector, por tener que leer estas líneas tan deprimentes. Pero tengo la esperanza de no ser la única que se haya ilusionado torpemente, que se haya elevado hasta los cielos y luego le haya tocado caer al suelo estrepitosamente. Espero no ser la única que quiso con locura a la persona equivocada.

Juanita.

sábado, 22 de octubre de 2011

Llorar nos hace humanos

-Está bien llorar- me dijo mi amigo, el chico con quién había compartido 6 años de mi vida.
- Pero odio llorar, me siento estúpida y vulnerable…- Y miré hacia arriba para evitar que las lágrimas cayeran por mis mejillas.
- No, llorar no nos hace estúpidos ni vulnerables. Llorar nos libera, nos permite sacarnos esos sentimientos irreprimibles del alma. Si no lo hiciéramos nos encerraríamos en estos sentimientos y los esconderíamos, hasta llegar a parecer que no los poseemos, llorar nos hace humanos.
- A veces me gustaría no poseerlos…
- ¿Por qué?
- Así nadie me lastimaría
- Pero tampoco nadie te amaría- dijo, y no pude contener una sonrisa.


Que hermoso tema ♥

Juanita.

viernes, 21 de octubre de 2011

Sonreír solo y por placer

No importa cuánto hayamos perdido, ni cual grave fue nuestro error, siempre se puede desechar todo y empezar de cero.
Aunque a veces pensemos que estemos solos y ya nada valga la pena, siempre hay algo a que aferrarse y seguir adelante.  Así, con esfuerzo, aunque duela, debemos desamarrarnos de nuestro pasado para vivir nuestro presente, que ya es futuro.
Valora las pequeñas cosas de la vida, sonreí solo por el placer de hacerlo, abraza a alguien cuando lo sientas necesario, decile a las personas que te rodean cuanto las amas. Hace reír a la gente, aunque hagas el ridículo en el intento.  Aunque parezcan cosas de todos los días… nunca sabes cuándo podrías echar de menos una simple sonrisa.

Sé feliz, la vida es muy corta, no hay tiempo para sufrir.



Juanita.

domingo, 8 de mayo de 2011

El Chico Perfecto



Son las ocho de la mañana de otro lunes igual a todos lo otros. El colectivo pasa dificultosamente las calles de tierra de mi barrio hasta llegar al asfalto del centro de la ciudad. Dentro de el, la gente somnolienta mira sin ver atravez de los vidrios empañados por el frio, las calles con sus negocios, los autos abriendose paso y las personas manejando su rutina con las mismas caras inexpresivas y vacias. En una de las multiples paradas, entre toda la multitud de gente que se agolpa para subir al colectivo, se distingue una en particular; Un chico, rubio, perfectamente peinado, bronceado aunque sea pleno invierno, con un sweater negro, impecable, camina a lo largo del pasillo. Su perfume Kevin queda impregnado en el aire y dirige una mirada seductora con sus ojos profundos y azules a cada una de las chicas que, embobadas con tal aparicion, lo miran desconcertadas. Con una sonrisa de autosuficiencia se sienta y nisiquiera se detiene a observar a su acompañante, en realidad parace que nadie se ha fijado en el aun, excepto yo. Un chico, algo lindo, algo feo, con su despeinada melena castaña y sus ojos marrones, dulces y alejados no llama demasiado la atencion. Es demasiado normal como para que alguien se fije en el. Con una personalidad sincera, humilde y timida, con un sentido del humor fresco e inteligente y una exprecion distraida y reflexiva se camufla en una sociedad idiota y superficial. ¿Como alguna se podria interesar en el? Si no es lindo ni extrovertido ni tiene plata. Solo esta ahi, escuchando su musica rara y escribiendo esos ridiculos poemas...
Claro que el ni esta enterado de lo que piensan la mayoria de el, ni esta interesado tampoco, vive en su mundo, ya que el nuestro esta habitado por gente sin neuronas...
Se que estare en desacuerdo con muchas cuando digo que para mi este es el chico perfecto solo por el hecho de no ser perfecto ni tener la necesidad de serlo.
Juanita.

sábado, 7 de mayo de 2011

Mi nombre es Juana



Soy una adolescente particular, muchos me tildan de rara y bueno, lo acepto, lo soy. Pero soy una rara copada, osea, por lo menos hago reír a la gente
Bueno, la mayoría de las veces
Quizás estamos demasiado tiempo ocupados juzgando a la gente que no nos fijamos en el potencial de aquella persona, nos quedamos con una primera impresión, vacía, sin sentido y, en su mayoría, equivocada.
Me gusta perderme en mis pensamientos mientras escucho música, olvidarme de todo y volar con aquellas melodías que adoro tanto. La parte mas difícil es volver a tierra
Y no digo que mi vida sea un infierno, soy una chica muy feliz, en un mundo demasiado rutinario. Sigo esperando que algún dia pase algo que cambie el rumbo de mi vida para siempre, pero todo sigue igual, todos los días, todas las semanas, toda la vida...
Tengo pocos amigos, pero son esos amigos que uno no cambiaría por nada, me considero alguien muy afortunada en eso. Haga las locuras que haga, ellos me van a seguir tanto para apoyarme como para detenerme y hacerme ver las consecuencias de lo que estoy por hacer
Amor... esa palabra maldita, no soy de enamorarme fácilmente, es mas, me cuesta muchísimo pero cuando me enamoro, no es joda.
Desgraciadamente soy una persona con mucha mala suerte en esto del amor. Todas las personas a las que consideraba "especiales y diferentes a los demás" terminaron decepcionandome, algunas me hicieron sufrir, otras me reemplazaron y las demás simplemente nunca me dieron bola. Finalmente llegue a la conclusión de que el único amor verdadero, aquel que estas segura de que no va a terminar nunca, es el amor incondicional de tu familia y de tus verdaderos amigos

Una vez le dije a un amigo:
"El amor es como la magia... no existe"
Espero algún dia poder cambiar mi punto de vista sobre este tema

Soy un angelito caído del cielo, pero cuando quiero soy mala, mala de verdad
Ademas de ser rencorosa, soy muy vengativa, no suelo enojarme con facilidad ni odiar a alguien sin ninguna razón  pero si te odio, prepárate.
Pero dentro de todas las cosas soy una chica alegre, alguien a quien le gusta reír, y sobretodo hacer reír a la gente. Alguien que canta a todo pulmón aunque rompa los vidrios, alguien que el 80% del tiempo habla incoherencias y que no le gusta pensar en los demonios que la atormentan

Y si, así soy yo, algunas veces buena, otras no tanto, algunas veces deprimente, otras alegre. Algunas veces aburrida y otras divertida. Pero siempre, pase lo que pase, digan lo que digan, soy y seré yo.
Juanita