Perderme entre melodias, irme lejos, no volver...

Perderme entre melodias, irme lejos, no volver...

Asi soy yo. Asi me gusta ser

Bienvenido señor lector.
En este blog no encontrará más que las experiencias, anécdotas y reflexiones de una adolescente rara, perdida y algo rayada.
Si no es lo que buscaba, es libre usted de retirarse.
Si quiere saber de que se trata todo esto, sea usted bienvenido...
Juanita.

martes, 12 de junio de 2012

Raspones de rodilla en el alma.

Veo tus párpados, cortinas de tus sueños. Siento tu respiración, pasiva y arrulladora. Escucho tu corazón al ritmo tranquilo de la noche. Estás durmiendo a mi lado, como siempre lo quise. Como lo imaginé tantas noches hasta soñarlo.
Ni pensar que en este preciso momento podría despertarte solo para decirte que te amo y besarte, sin miedo al rechazo. Pero no lo hago, porque de alguna forma está perfecto así. De esta manera, sumergido en tus sueños como estás, siento que nada malo nos puede pasar. Y nada va a hacer que te vayas.
Soy tan frágil ahora.
Me cuesta acostumbrarme a estar bien después de haber vivido tanto tiempo con el dolor como cotidianeidad. No me acostumbro a depender de algo para que mi vida encuentre estabilidad y me domina el miedo de perder ese algo. Me aterroriza pensar que por un error, un simple paso en falso, tiraré por la borda todos mis sueños hechos realidad.
Algunas noches lloro, otra vez.
Pero no es que este triste, no es que extrañe algo. Tampoco me dejo consumir por mis miedos. Solamente son viejos dolores que todavía no terminé de supurar de mi alma y vuelven en forma de pesadillas acompañadas por el insomnio.
Pero vos me entendés, siempre lo hiciste. Por eso sos el único que no me mira raro cuando respondo a su pregunta de por qué estoy llorando con un despreocupado “Es que estoy liberando dolores que tenía acumulados. Ya que ahora que soy feliz no los necesito”
Es como cuando era chica y jugando, sin pensar en consecuencias, me caía y me lastimaba una rodilla. Lloraba por el dolor, pero ahí venía mamá, me daba un beso, me abrazaba y me decía que ya estaba mejor. Quizás seguía doliendo un poco, pero sonreía y sabía que ya estaba mejor y que pronto podría seguir jugando como si nada.
Vos me haces olvidar de a ratos quien soy y quien fui, para transformarme nuevamente en niña. Esa niña que junto a vos, escalaba los árboles más grandes y cazaba los bichos más peligrosos. Y aunque, a veces, nuestras rodillas sangren, siempre va a haber un beso mágico que nos permita seguir jugando.




Juanita.

2 personas dieron su opinión:

Gonza Cienfuegos dijo...

Es muy lindo :) todos tenemos raspones en las rodillas, todos esperamos qe se curen, vas por el camino indicado, creo jaja, saludos!

Anónimo dijo...

muy buenoo los bloogs geniaa!

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